martes, 16 de febrero de 2010

Pequeñeces


Dos días de relojes parados, de sentimientos feos, tristes, grises, oscuros...

Y un sentimiendo final precioso, el más bonito del mundo. Porque en menos de un metro es posible albergar la capacidad de borrar lo malo y conseguir que se olvide todo lo anterior. Sólo con una abrazo de unos bracitos pequeños y los corazones latiendo al compás.Y verlo dormir tranquilamente.

1 comentario:

Unknown dijo...

Solo con su abrazo, solo con su mirada, con sus caricias... todo parece que se ilumina... y se te llena el corazón de alegría, de esperanza... de luz...